La abeja y su flauta
Érase
una vez un linda abejita que iba todos los días de flor en flor buscando miel
para su familia. Una mañana decidió salir muy muy temprano, cuando todo el
mundo dormía, para encontrar la mejor miel de todo el reino. Estuvo toda la
mañana recolectando miel en pequeños tarritos, y justo cuando volvía a casa,
encontró entre unas rocas, una flauta dorada muy bonita. La abeja cogió la
flauta y empezó a tocarla. La flauta emitía unos sonidos encantadores y atrajo
a todas las abejas que se encontraban cerca de aquel lugar. La abejita se
sorprendió mucho de que todos acudiesen allí y siguió tocando. Cuando volvió a
su casa, corrió a enseñarles la flauta a sus padres muy contenta. Todos los
días practicaba en su cuarto, recitando numerosas melodías y canciones que ella
conocía. Sus padres al ver que tenía mucho talento, la apuntaron a un concurso
de música que se celebraba en el reino aquellos días. La abejita se emocionó
mucho cuando le contaron la noticia y cuando llego el gran día se puso muy
nerviosa y pensó que podría equivocarse y no gustarle a los demás. Sin embargo,
sus padres y sus amigos la animaron mucho y eso hizo que se tranquilizase y
saliera al escenario. En ese momento, se centró en tocar la flauta lo mejor que
sabía. Todos quedaron impresionados con la dulce melodía que emitía aquella
flauta y la habilidad de aquella abejita. Cuando acabo su actuación, el público
aplaudió muy muy fuerte e hicieron que la abejita llorase de emoción. Desde ese
día, nuestra pequeña abejita se hizo muy famosa y fue recorriendo todo el reino
con su música, llegando a todos los rincones. Y colorín, colorado, este cuento
se ha acabado.
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